Meditación es la mente en ausencia de pensamientos, establecida en el presente y fluyendo con lo que venga. Sucede espontáneamente, como consecuencia de la intención, la postura y de la intensificación de la conciencia.

Ser escuchado es ser sanado, ser escuchado desde la quietud y compartiendo el estado de meditación, es ser sanado profundamente. Esto es la terapia biodinámica craneosacral integrativa en su esencia.
Meditación Agradeciendo a tu cuerpo
Meditación Conexión Madre Tierra
Meditación Conexión Padre Cielo
Meditación Conexión Cielo-Tierra
La meditación tiene grandes efectos terapéuticos: elimina el estrés, reconfigurando el cerebro de forma permanente. Potencia el sistema inmune y las emociones positivas, da mayor adaptabilidad ante los acontecimientos, equilibra los hemisferios, equilibra los sistemas nerviosos simpáticos y parasimpáticos. Las ondas cerebrales bajan a su cota mínima, el sistema nervioso se relaja profundamente. Tocar a alguien estando en profunda meditación es sanar profundamente. Estar en estado de meditación es sanar profundamente.
Todo empieza por el desarrollo de la atención. Meditamos sin una meta, desarrollando la comprensión. Lo que sucede es justo lo que tiene que suceder.
Al meditar generamos una actitud sin implicación, contactando con la Conciencia Testigo, sin apego ni aversión. Cualquier cosa que surja a cualquier nivel simplemente lo observo, sin dejarme llevar por ello. Sin expectativas, desarrollando la paciencia y la atención. La primera paciencia es con nosotros mismos, con nuestras sensaciones, pensamientos y emociones durante la sesión. Esto se va haciendo poco a poco expansivo a todo nuestro entorno, a las personas y los eventos que nos suceden en la vida. Desarrollamos paciencia, tolerancia, flexibilidad y resiliencia.