Sobre la terapia

Qué es la Terapia Biodinámica Craneosacral Integrativa

La TBCI es la rama más sutil de la osteopatía; ya que utiliza una técnica suave y profunda, respetuosa con el proceso de la persona. 

Proporciona cambios estructurales, una reorganización fisiológica, un reequilibrio energético, una evolución espiritual y un equilibrio profundo a nivel general.

Orígenes y fundamentos de la TBCI

La Osteopatía es una ciencia que integra filosofía, anatomía y fisiología. Abarca la totalidad del ser vivo.

Fue creada en 1.874 por el Dr. Andrew Taylor Still, Missouri. Still abrumado por los métodos duros de aplicación de la medicina, observó a los sanadores de los pueblos, su forma de contactar con las personas y su forma de manipularlos; recordó sus experiencias de pequeño, al curar sus dolores de cabeza en una hamaca y relajando la base craneal. Y creó la osteopatía

Llamó a esta ciencia Osteopatía porque utiliza los huesos como referencia del estado del cuerpo. Se basa en la siguiente premisa: “todas las partes del cuerpo obedecen a la Ley Eterna de Vida y Movimiento”: donde hay movimiento, hay vida.

Existe una relación directa entre estructura y función, así pues cualquier alteración en la estructura produce una alteración en la función. Percibiendo el cuerpo con las manos, con un contacto muy ligero, el osteópata comprueba si existe el movimiento, en todas y cada una de las partes del cuerpo.

Fundadores de la terapia biodinámica craneosacral

Fundador de la biodinámica craneosacral
William Gardner Sutherland Fundó la primera escuela de Osteopatía en Kirksville, Missouri. A esta escuela asistió William Gardner Sutherland, periodista, que se quedó fascinado por esta ciencia, tanto que abandonó su carrera de periodista y se centró en la Osteopatía. Sutherland, contemplando cierto día un cráneo, centró su atención sobre los huesos temporales y una idea le golpeó como un rayo: “biselados como las agallas de un pez, diseñados para la respiración primaria”. Este pensamiento le llevó a pasar el resto de su vida explorando acerca del hombre y de su naturaleza.
Profundamente espiritual, tuvo la certeza de que los huesos craneales tenían micromovimientos. Para convencerse de que no era así, diseñó una especie de casco, con cinchas de cuero y topes, con el que se ceñía el cráneo, experimentando así todo tipo de malestares, dolores y desequilibrios a todos los niveles: físicos, emocionales y mentales. Cuando se quitaba el casco compresor, su mujer, con un suave masaje en la cabeza, aliviaba sus dolores. Así comprobó cómo los huesos craneales tenían movimientos, y la ausencia de esos movimientos conducía a la enfermedad.
Trabajó en un hospital infantil y ayudó a muchos niños con su técnica. Incluso tuvo la oportunidad de poner a prueba sus teorías en un caso muy grave. Estando de picnic en casa de unos amigos, en el campo, oyó un alboroto cerca del lago y se acercó. Allí vio cómo sacaban del agua a un hombre, aparentemente ahogado. Mientras llegaba el médico, Sutherland tomó la cabeza de este hombre entre sus manos y manipuló sus huesos temporales. Tras breves instantes hubo una sacudida y el hombre comenzó a respirar: había reconectado con la potencia que anima a todos los seres vivos: el Aliento de Vida.
Sutherland introduce en la Osteopatía el concepto del movimiento craneal, que es un movimiento rítmico que tiene su origen en la fluctuación del Líquido Cefaloraquídeo y se expresa en todo el cuerpo de forma simultánea y global, como movimiento involuntario. Desarrolló una serie de técnicas para equilibrar este movimiento craneal. Introdujo la idea de la Potencia del Aliento de Vida, de la Marea y de la Inteligencia Inherente en el organismo.
Rollin Becker, precursor de la biodinámica craneosacral
Rollin Becker Un alumno suyo, Rollin Becker, retoma su trabajo y lo enriquece introduciendo el concepto de la escucha de los tejidos y la idea de la Marea Larga y del potencial inherente de salud en cada lesión.
Jhon Upledger, precursor de la biodinámica craneosacral
Jhon Upledger Hasta 1.974, fecha en la que un joven médico, el Dr. Jhon Udpledger, aprendía algo muy importante durante una operación de neurocirugía. Su jefe le había ordenado que sujetase la médula con dos pinzas: y ésta no paraba de moverse. Había una ondulación constante, rítmica e imparable. Recordó el trabajo del Dr. Sutherland y comenzó a estudiarlo en profundidad. Ha sido el creador de la Terapia Sacro Craneal, con un protocolo de 10 pasos muy útil en determinados casos. Su trabajo se centra en los aspectos biomecánicos y membranosos y está orientado hacia la restricción y la lesión.
Franklin Sylls, precursor de la biodinámica craneosacral
Franklin Sylls Existe en la actualidad otra escuela, la de Franklin Sylls, a la que pertenecen osteópatas como Michael Kern o Robert Harris, cuya labor se inspira en los estudios de Sutherland y Becker, en el sentido de la escucha de las Mareas y la Potencia sanadora del Aliento de Vida como expresión de Inteligencia, distribuidora de salud y equilibrio. Este es el enfoque Biodinámico de la terapia CraneoSacral.

Los principios de la terapia biodinámica craneosacral

  • La fluctuación del líquido cefalorraquídeo.
  • El movimiento inherente del sistema de membranas de tensión recíproca
  • La motilidad del sistema nervioso
  • La movilidad de los huesos craneales
  • El movimiento involuntario del sacro entre los iliacos

Estos cinco pincipios son la base del trabajo en consulta, y le sirven al terapeuta para valorar el estado de salud de su cliente y para corregir cualquier desajuste. Para ello el terapeuta contacta con la Respiración Primaria, es decir, con el movimiento involuntario que el funcionamiento simultáneo de estos cinco principios generan en el cuerpo. Con un contacto muy ligero de sus manos va sintiendo todo el cuerpo.

Cualquier restricción del movimiento de la Respiración Primaria se manifiesta en el cuerpo como un estancamiento de todos los líquidos del cuerpo y, a la larga, genera enfermedad. Utilizando sus manos como herramientas, y el impulso del líquido como ayudante, el terapeuta va devolviendo a los tejidos la movilidad perdida.

Una serie de osteópatas craneales se dieron cuenta de que había otros movimientos aparte de esta Respiración Primaria, que envolvía a esta y que eran más lentos y más profundos.
Estos osteopatas craneales fueron Rolling Beker, Franklin sylls, Michael Kern y Robert Harris, entre otros.

Retomaron el trabajo de Sutherland, en lo referente al Aliento de Vida como Potencia Sanadora existente en el Universo, manifestándose y acumulándose en el líquido cefalorraquídeo y creando en el cuerpo dos movimientos de Marea: la Marea Larga, lenta, de 100 segundos por ciclo, que transporta la Matriz Original o recuerdo de nuestro Propósito o Plan Inicial. Contactar con ella es entrar en Estado de Gracia, es recordar para qué hemos nacido. La otra es la Marea Media, más rápida, de 25 segundos por ciclo, que equilibra, elimina tensiones y revitaliza el organismo.

Cómo se realiza la biodinámica craneosacral

Cómo se realizan las sesiones

En un entorno seguro y tranquilo, con el cliente tumbado boca arriba, sin necesidad de desnudarse, el terapeuta va tocando, con un contacto muy ligero, en distintas zonas del cuerpo. Principalmente en los pies, en el sacro, a lo largo de la columna y en la cabeza. Permanece unos momentos en cada zona, dependiendo del grado de movimiento-salud que haya.

Generalmente, al terminar la sesión, el cliente tiene la sensación de profunda calma, conexión consigo mismo, bienestar y profunda relajación.

Para qué está indicada la terapia Biodinámica Craneosacral

  • Infancia: No es fácil nacer y pueden quedar secuelas. La infancia tampoco es fácil y frecuentemente hay desajustes emocionales o físicos. Síndromes como en TDHA o el austismo. La suavidad de la TBC apoya la salud en la infancia. Desde el primer día!
  • Problemas del sistema nervioso: El síndrome de estrés postraumático acarrea un conjunto de síntomas incómodos que dificultan el disfrute de la vida. La sutileza y profundidad de la TBC ayuda a normalizar y a equilibrar el Sistema Nervioso. Pinzamientos o inflamaciones de los nervios y dolores producidos por ellos, se ven suavizados con la terapia. Produce una gran relajación.
  • Lesiones físicas: Los golpes que se producen en los accidentes y algunas secuelas de las operaciones, como las adherencias del tejido. Los dolores musculares, articulares, de huesos, contusiones, artritis, artrosis mejoran con la TBC.
  • Problemas gástricos: Malas digestiones, dispepsia, diarrea, estreñimiento, gastritis, úlceras y demás desajustes gástricos se reducen con la TBC.
  • Problemas de estrés: Arritmias, taquicardia, bradicardia, ansiedad, asma, bronquitis y secuelas de accidente cerebro-vascular pueden mejorar.
  • Dolores de cabeza: Dolor de  cabeza de cualquier origen, debido a compresión craneal, a estrés, a problemas digestivos o endocrinos, desaparecen con la terapia.
  • Vista: vista cansada, estrabismo, tinitus, zumbidos, anosmia, suavizan sus síntomas.
  • Desajustes emocionales: Cualquier desajuste emocional o de personalidad se equilibra. Con respecto a la evolución y crecimiento personal; la terapia muestra claramente, aquellos patrones de comportamiento nocivos y  reorienta profundamente.

Tiene una especial utilidad como ayuda al crecimiento personal, mostrando muy claramente cuáles son los patrones de comportamiento inadecuados y dando herramientas para conseguir un estado de equilibrio y plenitud.

Qué es la Terapia Sacrocraneal

¿Por qué en nuestras búsquedas a veces vemos escrito Terapia Sacrocraneal y a veces Terapia Craneosacral? Esto es debido a la historia y la utilidad de esta terapia tan respetuosa, sutil y profunda.

En qué se diferencia la Terapia Sacrocraneal de la Craneosacral

La diferencia es la denominación que han hecho de ellas las distintas escuelas y el tipo de tratamiento. La Terapia Sacrocraneal se basa más en aspectos físicos. Y la Terapia Craneosacral, en su aspecto de Biodinámica, es más global y más completa porque considera el ser humano como un todo envuelto en una serie de capas energéticas, denominadas mareas, que le afectan en el estado de su salud.

Uno de los pioneros fue el doctor Udpledger en Miami. Este doctor era un osteópata, que basándose en los estudios del Dr. Sutherland, fundó en 1975 una escuela en Palm Beach, donde empezó a formar a terapeutas que no eran osteópatas. A su formación la llamó Terapia Sacrocraneal. Se centra en el estudio de las lesiones físicas y emocionales. Se empezó a enseñar en Madrid en 1980, en la escuela Planet Art, pionera en esta terapia y en la que la directora de nuestro instituto (IBCI), tuvo la suerte de hacer su primera formación en Biodinámica Craneosacral. Tras formarse, quedó como terapeuta y más tarde como profesora de Planet Art.

En 1985 Franklyn Sills fundó en Inglaterra el Instituto Karuna, donde empezó a impartir una formación basada en los trabajos del Dr.Sutherland, pero en su aspecto más energético, y la llamó Terapia Biodinámica Craneosacral. También en Inglaterra Mike Boxhall y Michael Kern trabajaron con la terapia Biodinámica Craneosacral. María José Gómez Martinez-Piñeiro, nuestra fundadora y directora tuvo la suerte de formarse con todos estos pioneros de la terapia.

En Estados Unidos, también surgieron una serie de osteópatas que trabajaron con la Terapia Biodinámica Craneosacral: Magoun, Becker y Shea.

James Jealous es el osteópata que acuñó el término biodinámico en EEUU, basándose en los aspectos más energéticos de las investigaciones de Sutherland y del embriológico Blechsmidt; denominando su trabajo «modelo biodinámico de la osteopatía en el campo craneal».
Basándose en esto, actualmente hay osteópatas craneales, terapeutas craneosacrales y terapeutas biodinámicos craneosacrales, como son los relacionados con el Instituto de Biodinámica Craneosacral, IBCI.

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